En primavera y con el deshielo, no podía perder la oportunidad de visitar una de las cascadas que me faltaba por conocer en la Comunidad de Madrid: la cascada del Cancho Litero, en Villavieja del Lozoya.
Es una ruta bastante fácil, sin demasiado desnivel a la hora de acceder a la cascada, al contrario que otras que he visitado recientemente como los Chorros del Manzanares o la Chorranca de Valsaín, que tienen una pendiente más larga y pronunciada.
El punto más problemático es la orientación cuando se llega al pinar: no hay sendero y está lleno de troncos caídos, por lo que será necesario llevar GPS:
Índice
Ruta a la Cascada del Cancho Litero (Villavieja del Lozoya)
11’2 KM | 3H | Media | 291 M. | >12 años | Sí | No | No |
Parking
Para realizar esta ruta de senderismo, dejé el coche en la Urbanización Los Llanos de Villavieja del Lozoya. Hay que abandonar la M-634 y coger un par de kilómetros una pista que está recientemente asfaltada.
Al ser una zona de chalets, se puede dejar el coche perfectamente por la zona, teniendo cuidado de no molestar el paso.
Puente del ferrocarril
Una vez aparcados, vamos hasta el final de la urbanización, seguimos de frente por la senda y a los pocos metros cruzamos por un puente la vía del tren que une Madrid con Irún:
Pasada una cancela, hay que decidir si ir por la izquierda: Camino de los Gallegos (camino fácil y cómodo) o por la derecha: por la Colada de las Solanas, bastante más pesado pero más aventurero. Yo la hice circular y preferí ir por el camino más farragoso al principio y volver cómodamente por el fácil:
Arroyo de los Robles
Un fotogénico puente de troncos a modo de escalera nos permite cruzar cómodamente al otro lado. Cuidado porque faltan un par de peldaños:
El terreno pica un poquito para arriba, pero sin mayor dificultad:
Colada de la Solana
Se trata de un tramo de unos 2’5 kms y unos 40′ de duración. Es bastante pesado, para que os voy a engañar. En realidad es fácil, pero tiene zonas que están bastante embarradas, a pesar de que hacía días que no llovía. Más que recomendable llevar botas de montaña:
También hay tramos más pedregosos, cuidado al pisar:
Piedra de los 1000 hombres
Según la leyenda, esta piedra la subieron 1000 hombres desde el río, para colocarla dónde está haciendo pared.
Estas paredes de piedra seca salpican toda la sierra para proteger los sembrados y pastos del ganado:
Como digo, bastante barro en muchas zonas, y tramos bastante estrechos donde hay zarzas (al volver a casa tenía las piernas repletas de raspones, tanto de este tramo como luego en el campo a través que hice por el pinar):
En realidad es muy sencillo el camino, pero pesado. No tiene pérdida porque el 90% del camino vas entre dos muretes de piedra. Hay algunos puntos donde sales a algún claro, lo cual se agradece:
Algunos otros tramos embarrados. ¿Pensabas que ya se había terminado?. En realidad, le dan un toque aventurero a la ruta, pensando donde es mejor poner el pie para no llenarte de barro:
Todo este tramo está muy expuesto al sol, más que recomendable llevar gorra.
Arroyo de Montarrón
Seguimos siempre de frente, hasta llegar al Arroyo de Montarrón, el cual marca la frontera entre las praderas y un frondoso pinar en el que se encuentra nuestro objetivo del día de hoy, la Cascada del Cancho Litero.
Unos esbeltos troncos, nos permiten salvar el arroyo de forma segura:
Pinar
Llegamos a la parte más complicada de la ruta a nivel de orientación. Como véis es un frondoso pinar, llenísimo de árboles caídos, entiendo que empeorado tras Filomena:
No tienes ninguna referencia ni sendero que seguir, así que recomiendo tener alguna ruta descargada en el móvil y seguirla con el GPS:
Llega un momento en el que llegas al Arroyo del Collado del Espino, que es el que forma la cascada que vamos a contemplar. Puede servir de referencia de que vamos bien encaminados:
Localizado el arroyo con ayuda del GPS, llegamos a una zona donde el pinar empieza a clarear justo en un berrocal, que debemos dejar a nuestra izquierda a medida que ascendemos.
Para encarar este repecho solo debemos seguir los hitos de piedra, que amablemente han dejado otros caminantes, que nos ayudan a encontrar el mejor paso para llegar a la cascada:
Atalaya
Llegamos a una atalaya desde donde contemplamos el desfiladero del Cancho Litero, con vistas al Cancho del Águila y Lomo Gordo:
Cascada del Cancho Litero
Una vez coronamos, toca descender unos metros, entre pinos más menudos y guiándonos por el sonido del agua, que nos anuncia que la cascada está cerca:
Es una bonita caída de unos 10 metros de altura, en un rincón bastante salvaje. Es el momento del relax, ideal para tomarse algo disfrutando del entorno:
No hay nadie contemplando la cascada, de hecho no me he cruzado con nadie desde que he salido esta mañana. Todo un lujazo disfrutarlo para mí sólo:
Como véis a los pies de la cascada se forma una pequeña poza, por lo que te puedes refrescar si te apetece:
Arroyo del Collado del Espino
Una vez disfrutado la cascada, deshago camino, hasta llegar a un claro del bosque. Aquí busco un sitio cómodo donde cruzar el Arroyo del Collado del Espino e ir en busca de la ancha pista que desciende del Puerto de la Linera. Este tramo, una vez pasado el puente de la foto de abajo, lo hago campo a través, esquivando numerosos troncos, siguiendo el GPS hasta alcanzar la pista:
Camino de los Gallegos
Este camino acaba conectando con lo más alto del cordal de Montes Carpetanos en el Puerto de la Linera:
Nosotros lo vamos a tomar en el otro sentido, yendo de vuelta a Villavieja del Lozoya. Se trata de un tramo de unos 2’5 kms y unos 40′ de duración:
Tiene unas vistas maravillosas de los alrededores, distinguiéndose perfectamente el cortafuegos:
Muy probablemente encuentres vacas pastando, lo que le da un toque todavía más bucólico al lugar:
Esta parte de la ruta es para disfrutar tranquilamente: pista ancha y vistas excelentes. En esta zona fue donde me encontré a los 3 o 4 grupos pequeños de personas que vi en toda la mañana, ya que por el otro lado fui completamente sólo todo el camino.
Para los que se quieran iniciar en el senderismo o vas con niños es más recomendable ir y volver por aquí hasta el pinar:
Todo este tramo, recorre un bonito robledal hasta que llegamos a un abrevadero. Justo aquí comienza la Calle de los Gallegos que nos llevará directos al inicio de esta ruta:
Una vez terminada la ruta, no podía dejar de visitar (rápidamente) el pequeño pueblo de Villavieja del Lozoya, que aún conserva algunos elementos tradicionales de las localidades serranas.
Villavieja del Lozoya
Está situado en el valle medio del Lozoya, en las estribaciones del Sistema Central que, en este sector serrano se conoce como Montes Carpetanos y configuran
el límite de la sierra Norte de la Comunidad de Madrid con la provincia de Segovia. El pueblo está situado a 1.066 msnm, y alcanza los 2.022 metros en su punto más occidental del término, justo en contacto con la provincia de Segovia y con el vecino Navarredonda y San Mamés.
Potro de Herrar
Es un elemento típico de la cultura serrana y seña de identidad de los pueblos ganaderos. Su origen se remonta a la Edad Media, y algunos se han utilizado hasta bien entrado el siglo XX. Era utilizado para inmovilizar y herrar a las
vacas, y en ocasiones se utilizaba también para practicar curas al ganado:
Corte del Verraco
Era el lugar en el que se guardaba el cerdo semental del pueblo, disponible para cubrir las cerdas propiedad de todos los vecinos. Era alimentado entre todos según el número de cerdas (gorrinas) de las que disponía y en los días en los que le correspondía hacerlo. Los habitantes del pueblo disponían de una medida, el celemín, que iba pasando de casa en casa y que determinaba la cantidad de alimento que había que darle al verraco:
Iglesia de la Inmaculada Concepción
Presenta planta románica y cabecera absidal, aunque de construcción moderna, al haberse levantado sobre otra de origen medieval:
Ayuntamiento
Es un moderno edificio de planta rectangular, dos alturas y tejado a dos aguas, construido de acero y piedra.
En su fachada principal, destacan los asimétricos vanos de luz, el balcón de honor y el escudo de la localidad:
Casas serranas tradicionales
Adaptadas al clima serrano, las viviendas se construían con el menor número de huecos posibles, y éstos, siempre de pequeñas dimensiones, lo que constituía un buen aislante natural ante los extremos térmicos del clima. Los principales materiales en su construcción eran los que encontraban en su entorno: la piedra, la madera, el adobe y el barro. Las viviendas siguieron construyéndose de la misma forma hasta muy avanzado el siglo XX, cuando los paisanos pudieron acceder a materiales más modernos como el cemento y el ladrillo:
Hay algunos otros elementos para visitar: la fragua o el antiguo lavadero, pero no tuve tiempo para mucho más.